sábado, 21 de abril de 2012

Creer En Uno Mismo

Resulta por demás asombroso la plena conciencia que tenemos del valor de las cosas -de un auto, de una casa, de un abrigo, etcétera-, pero resulta que no sabemos el valor del bien máximo, que es el valor de uno mismo. Desafortunadamente, siempre nos estamos recriminando nuestros defectos y deficiencias, y anhelamos todas aquellas cualidades que no poseemos, lo cual se refleja en todos los campos de nuestra vida. Deseamos la casa que no tenemos, el coche que no poseemos, el dinero que no tenemos, la mujer, el hijo, la familia, etcétera, y debemos aprender a amar lo que poseemos. Un hombre sin defectos sería un ángel y sin cualidades sería un monstruo; todos los seres humanos somos una amalgama de fuerzas y debilidades, y normalmente toda potencialidad conlleva en sí misma una debilidad: por ejemplo, la persona muy sensible tiene la potencialidad de percibir todo su entorno con mayor facilidad que los demás, pero su intensa vivencia le puede hacer sufrir más intensamente. El artista que disfruta llevando al lienzo lo que percibe en forma magistral, posiblemente su anhelo de lograr la perfección o su máxima expresión artística lo encamina a una búsqueda permanente y sin tregua toda una vida, desgastándolo prematuramente; así pues, no se puede dividir al ser humano en un sistema tan simplista de cualidades y defectos; debemos tener conciencia de las cualidades que poseemos. En la medida en que estemos más conscientes de nuestro valor, iremos cobrando mayor autorrespeto para nosotros mismos, y esto, en lugar de envanecemos, debe responsabilizamos para autoexigirnos más. Alguien escribió que para "poder amar a otros es necesario amarse a sí mismo, pues sólo se puede dar a los demás lo que uno mismo tiene". El amarse a sí mismo no implica una realidad egocéntrica. Es un genuino interés, calidez y respeto por uno mismo; es luchar por redescubrir y mantener la propia singularidad; descubrir la verdadera maravilla de ti mismo, no únicamente del tú actual, sino de las muchas posibilidades que posees. El amarse a sí mismo implica apreciar su propio valor por encima de todas las cosas. El amarte a ti mismo también implica el conocimiento de que sólo tú puedes ser tú. Si tratas de ser como alguien más quizá te aproximes mucho, pero siempre serás una imitación sin mayor valor; ser uno mismo es lo más sencillo, lo más práctico, lo más satisfactorio, así que tiene mucho sentido el hecho de que únicamente puedas ser para otros lo que eres para ti mismo. Si te conoces, acepta si te aprecias a ti mismo, así como tu singularidad; permitirás que otros también lo hagan. Si valoras y aprecias el descubrimiento de ti mismo, alentarás a otros a que emprendan esta importante búsqueda. Si reconoces tu necesidad de ser libre para saber quién eres, permitirás que otros también tengan la libertad para hacerlo. Cuando te des cuenta que tú eres lo mejor de ti mismo, aceptarás el hecho de que otros son lo mejor de ellos mismos, aun cuando se entiende que todo empieza contigo. En la medida en que te conozcas a ti mismo (y todos somos más similares que diferentes), podrás conocer a otros; cuando te ames a ti mismo, amarás a otros, y en la profundidad y medida en que puedas amarte a ti mismo, precisamente en esa profundidad y medida podrás amar a otros Todos debemos entender que lo más importante es percibir nuestras propias potencialidades y destacarlas y no tratar de ser alguien diferente; es considerable la inmensa cantidad de libros, seminarios, cursos sobre personas que han tenido éxito, que por años han hablado sobre lo que tenemos que hacer para ser triunfadores. Sin embargo, casi nadie se ha dedicado a inculcar que en el yo de cada quien está la potencialidad para lograr alcanzar cualquier meta que nos propongamos; el sistema educativo tradicional se ha dedicado a vendernos virtudes de otros pero ha descuidado la riqueza que cada uno posee y que es necesario identificar y proyectar potencializando las cualidades de cada quien. Una adecuada evaluación no debe confundirse con una concepción de soberbia y superioridad de nosotros mismos, sino todo lo contrario, nos debe dar mayor humildad y responsabilidad el obtener de cada una de nuestras potencialidades una autoexpectativa tal que nos exija todos los días actuar de acuerdo no a lo que somos, sino a lo que deberíamos ser. Comparte ésta página en tu Red Social:

lunes, 16 de abril de 2012

Vive en armonía contigo mismo.


Nada de lo que hacemos agradará a los que no valoran la vida, la fe y la esperanza.
Mas eso no debe tener importancia para ti, tú debes ser mejor cada día, nunca lograrás complacer a todos, eres una persona única y no hay otra que haga o piense como tú.


Seguramente muchas veces tratarás de hacer buenas cosas y no lo logras, no dejes que ello te quite las ganas de seguir con buenas intenciones... quizás algún día los seres humanos logremos vivir en armonía y en paz con todos.

-Debemos pensar que si hacemos mal recibiremos lo mismo,
el odio crea más odio y el amor mucho más amor-

Vive en armonía contigo mismo. Se feliz y deja que el mundo lo sea, perdona a todos y ama a los que están a tu lado. Es lo mejor que podemos hacer cada día que pasa.

Todo cuanto ahoga hagamos por los demás,
algún día llegará a ser nuestro legado.


Intentamos que todos y cada persona que componen nuestro mundo sean buenas personas, ya con eso debemos darnos por pagados.


La vida ya es demasiado complicada
como para que nosotros lo hagamos peor,
mejor vivamos libres y en armonía.


© Autor: Shoshan

domingo, 1 de abril de 2012

TEN CALMA ...


Ten calma, desacelera el ritmo de tu corazón
silenciando tu mente.
Afirma tu paso con la visión del futuro.

Encuentra la calma de las montañas.

Rompe la tensión de tus nervios y músculos
con la dulce música de los arroyos
que viven en tu memoria.
Vive intensamente la paz del sueño.
Aprende a tomar vacaciones de un minuto,

al detenerte a mirar una flor,
al conversar con un amigo,
al contemplar un amanecer o al leer
algunas líneas de un buen libro.

Recuerda cada día la fábula
de la liebre y la tortuga, para que sepas
que vivir más intenso no quiere decir
vivir más rápido y que la vida
es más que aumentar la velocidad.

Voltea hacia las ramas del roble que
florece y comprende que creció grande y
fuerte porque creció despacio y bien.

Ten calma, desacelera el paso y
echa tus raíces en la buena tierra
de lo que realmente vale,
para así crecer hacia las estrellas.


Hellen Keller
(ciega, sorda-muda de nacimiento)

DONDE NACE EL ALMA


Allí, donde nace el alma,
en no sé que recóndito lugar de mi ser,
donde aún corren vigorosos y transparentes
manantiales de pureza.
Allí, en sus aguas cristalinas, diáfanas y puras,
espejos relucientes de luz y sonido,
es donde quiero verme reflejado.
Los espejos del mundo me deforman.
Espejos de dolor donde la luna,
con lágrimas en los ojos,
peina cada noche sus cabellos.
Espejos de asfalto
bañados en sangre suicida.
Espejos de ira,
donde los hombres, domingo a domingo
miran sus rostros desfigurados o reales
de tigres o leopardos o víboras
que desgarran el mundo,
a la vez que embriagan sus espíritus.
Allí, donde nace el alma,
es donde quiero verme.
Es donde quiero vivir.
Dentro, muy dentro de mí.
Donde no puedan herirme las flechas del mundo
ni pueda mancharme su lodo.
Donde las utopías de los locos
puedan hacerse realidad.
Allí donde la materia por ser materia
no pueda llegar
ni llevar toda su podredumbre.
Allí, donde la risa es franca
y no amablemente llena de envidia.
Allí, donde no hay lágrimas amargas como risas.
Allí, donde el tiempo no corre
ni la vejez importa.
Donde la muerte es una amiga.
Allí, donde nace el alma
es donde quiero enterrarme y vivir.

Joshua Naraim