domingo, 21 de noviembre de 2010

AFÉRRATE A TU DESTINO.


Enfréntate a tu destino.
No seas solo un espectador.
Pide la pelota y créete su dueño.
Exígete más y más.
Vive sin domingos.
Corre cada día un poco más lejos.
Salta cada día un poco más alto.
Conviértete en tu propio ídolo.
Súmate a dar vuelta al marcador
cuando no esperes nada de los demás.
Cuando sientas que cada tanto depende de ti, se fortalecerá tu espíritu.
Y poco a poco, las voces se convertirán en ovación.
Tus respiros se llenarán de logros, y tu vida de sentido.
Están los que llevan amuletos, los que hacen promesas,
los que imploran mirando al cielo, los que creen en supersticiones.
Y están los que siguen corriendo cuando le tiemblan las piernas.
Los que siguen jugando cuando se les acaba el aire.
Los que siguen luchando cuando todo parece perdido,
como si cada vez fuera la última.
Convencidos que la vida misma es un desafío. Sufren pero no se quejan.
Porque saben que el dolor pasa. El sudor se seca. El cansancio termina.
Pero hay algo que nunca desaparecerá, la satisfacción de haberlo logrado.
En sus cuerpos corre la misma sangre.
Lo que los hace diferentes es su espíritu.
La determinación de alcanzar la cima.
Una cima a la que no se llega superando a los demás.
Sino superándose a uno mismo.
Tiempo sobra para los mediocres, pero tiempo falta para realizar tus sueños!

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