sábado, 8 de octubre de 2011

Seamos siempre solidarios!


Teresa de Calcuta nació el 26 de agosto de 1910 en Calcuta, India y su verdadero nombre es Agnes Gonxha Bojaxhiu. Su labor por los moribundos le valió que la beatificaran el 2003. Para los católicos se trata de una mujer muy importante. Pero no es por su religiosidad que escribo sobre ella, sino porque me parece curioso que en su biografía se mencione la profunda crisis de fe que ella tenía, siendo testigo de tanto dolor, de tanta injusticia, de tanto desamor, sencillamente le era difícil aceptar la existencia de un ser divino.


Y allí está lo que más llama mi atención: que a pesar de su crisis de fe, continuó, eso no la detuvo en su labor social, en algún momento decidió postergar su religión y ver al ser humano, a la persona que sufría frente a ella y sin importarle su fe, se atrevió a intentar devolverle dignidad al menos en los últimos momentos de sus vidas.



¿Si pudiéramos ser así? Si fuera posible que todos nos tratáramos con dignidad sin importarnos nuestros credos, nuestras ideologías, nuestras posiciones sociales, si los hombres nos tratáramos mejor, estoy seguro que entonces sería mejor nuestra vida.


"A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota." (Teresa de Calcuta)


Muchas veces nuestros miedos, nuestros prejuicios, nuestra desconfianza terminan por arruinar nuestras relaciones interpersonales. No tengamos temor a ser fraternos, en mostrar cordialidad. Ayudemos sin soberbia, sin creernos superiores a los demás, y pidamos ayuda sin orgullo.
¡Todos podemos ayudarnos en nuestra búsqueda de la felicidad!
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