lunes, 7 de noviembre de 2011

Facundo Cabral.


Como los budistas, sé que la palabra no es el hecho, si digo "manzana" no es la maravilla innombrable que enamora el verano, Si digo "árbol", apenas me acerco a lo que saben las aves; el caballo siempre fue y será lo que es sin saber que así lo nombro.

Sé que la palabra no es el hecho, pero sí se que un día mi padre bajó de la montaña y dijo unas palabras al oído de mi madre, y la incendió de tal manera que hasta aquí he llegado yo, continuando el poema que mi padre comenzó con algunas palabras.

Nacemos para encontrarnos (la vida es el arte del encuentro), encontrarnos para confirmar que la humanidad es una sola familia y que habitamos un país llamado Tierra. Somos hijos del amor, por lo tanto nacemos para la felicidad (fuera de la felicidad son todos pretextos), y debemos ser felices también por nuestros hijos, porque no hay nada mejor que recordar padres felices.

Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la Tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Además, el universo siempre está dispuesto a complacernos, por eso estamos rodeados de buenas noticias. Cada mañana es una buena noticia. Cada niño que nace es una buena noticia, cada cantor es una buena noticia, porque cada cantor es un soldado menos, por eso hay que cuidarse del que no canta porque algo esconde.

Eso lo aprendí de mi madre que fue la primera buena noticia que conocí.

Se llamaba Sara y nunca pudo ser inteligente porque cada vez que estaba por aprender algo llegaba la felicidad y la distraía, nunca usó agenda porque sólo hacía lo que amaba, y eso se lo recordaba el corazón. Se dedicó a vivir y no le quedaba tiempo para hacer otra cosa.

De mi madre también aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de nuevo, ahora mismo, le puedes decir basta a la mujer (o al hombre) que ya no amas, al trabajo que odias, a las cosas que te encadenan a la tarjeta de crédito, a los noticieros que te envenenan desde la mañana, a los que quieren dirigir tu vida, ahora mismo le puedes decir "basta" al miedo que heredaste, porque la vida es aquí y ahora mismo.

Me he transformado en un hombre libre (como debe ser), es decir que mi vida se ha transformado en una fiesta que vivo, en todo el mundo, desde la austeridad del frío patagónico a la lujuria del Caribe, desde la lúcida locura de Manhattan al misterio que enriquece a la India, donde la Madre Teresa sabe que debemos dar hasta que duela.

Caminando comprobé que nos vamos encontrando con el otro, lenta, misteriosa, sensualmente, porque lo que teje esta red revolucionaria es la poesía. Ella nos lleva de la mano y debajo de la luna, hasta los últimos rincones del mundo, donde nos espera el compinche, uno más, el que continúa la línea que será un círculo que abarcará el planeta. Esta es la revolución fundamental, el revolucionarse instantaneamente para armonizar con la vida, que es cambio permanente, por eso nos vamos encontrando fatalmente para iluminar cada rincón.

Que nada te distraiga de ti mismo, debes estar atento porque todavía no gozaste la más grande alegría ni sufriste el más grande dolor. Vacía la copa cada noche para que Dios te la llene de agua nueva en el nuevo día.

Vive de instante en instante porque eso es la vida. Me costó 57 años llegar hasta aquí, ¿cómo no gozar y respetar este momento?
Se gana y se pierde, se sube y se baja, se nace y se muere. Y si la historia es tan simple, ¿por qué te preocupas tanto?.

No te sientas aparte y olvidado, todos somos la sal de la Tierra. En la tranquilidad hay salud, como plenitud dentro de uno. Perdónate, acéptate, reconócete y ámate, recuerda que tienes que vivir contigo mismo por la eternidad, borra el pasado para no repetirlo, para no abandonar como tu padre, para no desanimarte como tu madre, para no tratarte como te trataron ellos, pero no los culpes porque nadie puede enseñar lo que no sabe, perdónalos y te liberarás de esas cadenas.

Si estás atento al presente, el pasado no te distraerá, entonces serás siempre nuevo. Tienes el poder para ser libre en este mismo momento, el poder está siempre en el presente porque toda la vida está en cada instante, pero no digas "no puedo" ni en broma porque el inconsciente no tiene sentido de humor, lo tomará en serio y te lo recordará cada vez que lo intentes.

Si quieres recuperar la salud abandona la crítica, el resentimiento y la culpa, responsables de nuestras enfermedades.

Perdona a todos y perdónate, no hay liberación más grande que el perdón, no hay nada como vivir sin enemigos. Nada peor para la cabeza y por lo tanto para el cuerpo, que el miedo, la culpa, el resentimiento y la crítica que te hace juez (agotadora y vana tarea) y cómplice de lo que te disgusta.

Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de nuestra vida, es distraerse de ella.

El bien y el mal viven dentro de ti, alimenta más al bien para que sea el vencedor cada vez que tengan que enfrentarse. Lo que llamamos problemas son lecciones, por eso nada de lo que nos sucede es en vano.

No te quejes, recuerda que naciste desnudo, entonces ese pantalón y esa camisa que llevas ya son ganancia.
Cuida el presente porque en él vivirás el resto de tu vida. Libérate de la ansiedad, piensa que lo que debe ser será, y sucederá naturalmente.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Madurez.


MADUREZ es la habilidad de controlar y equilibrar pensamiento, voluntad y sentimientos.

MADUREZ es paciencia. Es el saber posponer el placer inmediato en favor de un beneficio de largo plazo.

MADUREZ es perseverancia. Es la habilidad para cumplir las metas y sacar adelante un proyecto o una situación a pesar de las dificultades.

MADUREZ es la capacidad de tomar una decisión y sostenerla. Los inmaduros pasan su vida explotando posibilidades para al fin no hacer nada.

MADUREZ es la capacidad de encarar disgustos y frustraciones, incomodidades y derrotas, sin queja ni abatimiento.

MADUREZ es humildad. Es ser suficientemente grande para decir "me equivoqué" y, cuando se esté en lo correcto, la persona madura no necesita experimentar la satisfacción de decir "te lo dije".

MADUREZ significa confiabilidad. Mantener la palabra, superar las crisis. Los inmaduros son maestros de la excusa; son los confusos y desorganizados. Sus vidas son una confusión de promesas rotas, amigos perdidos, negocios sin terminar y buenas intenciones que nunca se convierten en realidad.

MADUREZ es el arte de vivir en paz y armonía con las personas y las cosas que nos rodean.

lunes, 24 de octubre de 2011

Comienza el día.


Empieza este día con tu corazón rebosante de amor...
Alegría y agradecimiento... gozoso de estar vivo...
Haciendo lo que estás haciendo... Estando donde estás y viendo emerger la perfección de este día.

Benditos sean aquellos que pueden ver la belleza...
La alegría y la armonía que está a su alrededor y apreciarla plenamente y aquellos seres que reconocen en todo y en todos y dan gracias por todo.


La alegría es como un guijarro arrojado en el medio de un lago. Las ondas que se generan van más y más hacia los lugares más lejanos de la orilla y luego retornan al centro... Llevando alegría a todo lo que tocan en el camino.

El amor es como un bálsamo curativo...
cura todas las heridas... todos los daños...
todas las penas...
De modo que ama con amor divino...
ama lo que es digno de amar
y lo que aparentemente no lo es.

Ama a aquellos seres que no conocen el significado del amor... ama aun a los que por error llamas tus enemigos... cuando tu corazón esté colmado de amor... no conocerás enemigos.

El amor es el cimiento de la vida.

viernes, 14 de octubre de 2011

Ser Feliz.




Podés tener defectos, vivir ansioso y estar irritado algunas veces, pero no te olvides de que tu vida es la mayor empresa del mundo. Solo vos podés evitar que ella vaya en decadencia. Hay muchas personas que te precisan, admiran y te quieren.

Me gustaría que siempre recordaras que ser feliz no es tener un cielo sin tempestades, caminos sin
accidentes, trabajos sin cansancio, relaciones sin decepciones.

Ser feliz es encontrar fuerza en el perdón, esperanza en las batallas, seguridad en el palco del miedo, amor en los desencuentros.

Ser feliz no es solo valorizar la sonrisa, sino también reflexionar sobre la tristeza.

No es apenas conmemorar el suceso, sino aprender lecciones en los fracasos.

No es apenas tener alegría con los aplausos, sino encontrar alegría en el anonimato.

Ser feliz es reconocer que vale la pena vivir la vida, a pesar de todos los desafíos, incomprensiones y períodos de crisis.

Ser feliz no es una fatalidad del destino, sino una conquista de quien sabe viajar para dentro de su propio ser.

Ser feliz es dejar de ser víctima de los problemas y volverse un actor de la propia historia.

Es atravesar desiertos fuera de sí, mas ser capaz de encontrar un oasis en lo recóndito de nuestra alma.

Es agradecer a Dios cada mañana por el milagro de la vida.

Ser feliz es no tener miedo de los propios sentimientos.

Es saber hablar de uno mismo.

Es tener coraje para oír un “NO”.

Es tener seguridad para recibir una crítica, aunque sea injusta.

Es besar a los hijos, mimar a los padres y tener momentos poéticos con los amigos, aunque ellos nos hieran.

Ser feliz es dejar vivir a la criatura libre, alegre y simple que vive dentro de cada uno de nosotros.

Es tener madurez para decir “me equivoqué”.

Es tener la osadía para decir “perdóname”.

Es tener sensibilidad para expresar “te necesito”.

Es tener capacidad de decir “te amo”.

Deseo que tu vida se vuelva un jardín de oportunidades para ser feliz… Que en tus primaveras seas amante de la alegría. Que en tus inviernos seas amigo de la sabiduría. Y, cuando te equivoques en el camino, comiences todo de nuevo. Pues así serás cada vez más apasionado por la vida.

Y descubrirás que… Ser feliz no es tener una vida perfecta sino usar las lágrimas para regar la tolerancia. Usar las pérdidas para refinar la paciencia. Usar las fallas para esculpir la serenidad. Usar el dolor para lapidar el placer. Usar los obstáculos para abrir las ventanas de la inteligencia.

Jamás desistas. Jamás desistas de las personas que amas. Jamás desistas de ser feliz, pues la vida es un espectáculo imperdible. ¡Y sos un ser humano especial!

sábado, 8 de octubre de 2011

Seamos siempre solidarios!


Teresa de Calcuta nació el 26 de agosto de 1910 en Calcuta, India y su verdadero nombre es Agnes Gonxha Bojaxhiu. Su labor por los moribundos le valió que la beatificaran el 2003. Para los católicos se trata de una mujer muy importante. Pero no es por su religiosidad que escribo sobre ella, sino porque me parece curioso que en su biografía se mencione la profunda crisis de fe que ella tenía, siendo testigo de tanto dolor, de tanta injusticia, de tanto desamor, sencillamente le era difícil aceptar la existencia de un ser divino.


Y allí está lo que más llama mi atención: que a pesar de su crisis de fe, continuó, eso no la detuvo en su labor social, en algún momento decidió postergar su religión y ver al ser humano, a la persona que sufría frente a ella y sin importarle su fe, se atrevió a intentar devolverle dignidad al menos en los últimos momentos de sus vidas.



¿Si pudiéramos ser así? Si fuera posible que todos nos tratáramos con dignidad sin importarnos nuestros credos, nuestras ideologías, nuestras posiciones sociales, si los hombres nos tratáramos mejor, estoy seguro que entonces sería mejor nuestra vida.


"A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota." (Teresa de Calcuta)


Muchas veces nuestros miedos, nuestros prejuicios, nuestra desconfianza terminan por arruinar nuestras relaciones interpersonales. No tengamos temor a ser fraternos, en mostrar cordialidad. Ayudemos sin soberbia, sin creernos superiores a los demás, y pidamos ayuda sin orgullo.
¡Todos podemos ayudarnos en nuestra búsqueda de la felicidad!
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jueves, 6 de octubre de 2011

Serás feliz si te lo propones!


La felicidad no depende de lo que pasa a nuestro alrededor sino de lo que pasa dentro de nosotros.
La felicidad se mide por el espíritu con el cuál nos enfrentamos a los problemas de la vida.
La felicidad es un asunto de valentía, es tan fácil sentirse deprimido y desesperado… solos los valientes se proponen ser felices.
La felicidad es una decisión; no somos felices en tanto no decidamos serlo.
La felicidad no consiste en hacer siempre lo que queremos, pero sí en querer todo lo que hacemos.
La felicidad nace de nuestro corazón y en nuestro trabajo, y de hacerlo con alegría y entusiasmo.
La felicidad no tiene recetas, cada quien la cocina con el sazón de su propia meditación.
La felicidad no es una posada en el camino sino una forma de caminar por la vida.
Los sufrimientos nos pulen el alma, mientras que las alegrías le dan brillo.


Comprende que las cosas que pasan te dejan una lección, apréndela y sigue tu camino. Comprende que es posible que tú seas muy feliz y que tu vida puede alcanzar su plenitud. Si te decides a caminar rumbo a tu felicidad, con perseverancia, conseguirás llegar a donde te propongas.
Confía en ti, en nadie más que en ti, nadie llegará a ayudarte, nadie vendrá y te señalará el camino, depende de ti, confía en las muchas cualidades que tienes dentro de ti mismo. Ánimo y disfruta cada instante de tu vida, o al menos inténtalo, tarde o temprano te acostumbrarás a disfrutar.

lunes, 3 de octubre de 2011

Creer En Uno Mismo.


Para poder desarrollarnos y conducirnos a un auténtico compromiso con la vida, lo primero que se hace indispensable es creer en uno mismo...

Alguien escribió que para "poder amar a otros es necesario amarse a sí mismo, pues sólo se puede dar a los demás lo que uno mismo tiene". El amarse a sí mismo no implica una realidad egocéntrica. Es un genuino interés, calidez y respeto por uno mismo; es luchar por redescubrir y mantener la propia singularidad; descubrir la verdadera maravilla de ti mismo, no únicamente del tú actual, sino de las muchas posibilidades que posees.

El amarse a sí mismo implica apreciar su propio valor por encima de todas las cosas. El amarte a ti mismo también implica el conocimiento de que sólo tú puedes ser tú. Si tratas de ser como alguien más quizá te aproximes mucho, pero siempre serás una imitación sin mayor valor; ser uno mismo es lo más sencillo, lo más práctico, lo más satisfactorio, así que tiene mucho sentido el hecho de que únicamente puedas ser para otros lo que eres para ti mismo.

Si te conoces, acepta si te aprecias a ti mismo, así como tu singularidad; permitirás que otros también lo hagan. Si valoras y aprecias el descubrimiento de ti mismo, alentarás a otros a que emprendan esta importante búsqueda. Si reconoces tu necesidad de ser libre para saber quién eres, permitirás que otros también tengan la libertad para hacerlo. Cuando te des cuenta que tú eres lo mejor de ti mismo, aceptarás el hecho de que otros son lo mejor de ellos mismos, aun cuando se entiende que todo empieza contigo.

En la medida en que te conozcas a ti mismo (y todos somos más similares que diferentes), podrás conocer a otros; cuando te ames a ti mismo, amarás a otros, y en la profundidad y medida en que puedas amarte a ti mismo, precisamente en esa profundidad y medida podrás amar a otros Todos debemos entender que lo más importante es percibir nuestras propias potencialidades y destacarlas y no tratar de ser alguien diferente; es considerable la inmensa cantidad de libros, seminarios, cursos sobre personas que han tenido éxito, que por años han hablado sobre lo que tenemos que hacer para ser triunfadores. Sin embargo, casi nadie se ha dedicado a inculcar que en el yo de cada quien está la potencialidad para lograr alcanzar cualquier meta que nos propongamos; el sistema educativo tradicional se ha dedicado a vendernos virtudes de otros pero ha descuidado la riqueza que cada uno posee y que es necesario identificar y proyectar potencializando las cualidades de cada quien.

Una adecuada evaluación no debe confundirse con una concepción de soberbia y superioridad de nosotros mismos, sino todo lo contrario, nos debe dar mayor humildad y responsabilidad el obtener de cada una de nuestras potencialidades una autoexpectativa tal que nos exija todos los días actuar de acuerdo no a lo que somos, sino a lo que deberíamos ser.