jueves, 18 de noviembre de 2010
El Amanecer de la Vida.
Tú que con una sonrisa iluminas el día con tu mágica calidez
entre los suspiros profundos de las flores cuando las acaricias.
Con el roció de la primera luz despertándolas de su dulce sueño
cuando ellas solo quieren ver de nuevo a las estrellas.
Eres luz de vida, esperanza en el alma humana, alegría contenida,
melodía tranquila, despertar profundo, en la armonía de los tiempos.
Que dejas huella en la tierra para que germinen los sueños
y las esperanzas dormidas en el vientre fértil de la eternidad.
Cuando llegas el cielo se viste con su mejor traje, el del color de la alegría,
la creatividad y el amor intenso que iluminan los recuerdos del corazón.
Para celebrar tu regreso, la luna te sonríe y se va a dormir en el eterno
firmamento de silencios donde se esconden los secretos más anhelados.
El viento va flotando entre las nubes del horizonte hasta confundir
las líneas de tu mundo irreal con la fantasía de nuestra propia realidad.
Dibujando una despedida y un nuevo comienzo entre los azules del cielo
que indica que aún me quedan horas en el día para realizar mis sueños.
Despierta, sueña, sonríe, llénate de alegría
como si cada día fuera el próximo amanecer de tu vida.
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