El amor o es condicional o incondicional. No existe una tercera posibilidad. O le pongo condiciona a mi amor por ti o no. Y en la medida en que ponga yo esas condiciones, en realidad no te amo. Te estoy ofreciendo un trueque, no es un don. Y el amor verdadero es y debe ser siempre un don libre.
El don de mi amor significa esto: quiero compartir contigo todo lo bueno que hay en mí. Y no es que tú hayas ganado un certamen o hayas demostrado que eres digno de ese don. No es que hayas merecido mi amor. No me engaño pensando que nosotros dos seamos las mejores personas del mundo. Ni siquiera presupongo que seamos las personas más compatibles entre aquellas que conocemos. Estoy seguro de que en alguna parte habrá alguien mejor para ti o para mí. Lo verdaderamente importante es que yo te he escogido a ti para entregarte el don de mi amor y que tú me has escogido a mí para amarme.
El mensaje esencial del amor incondicional es la liberación: tú puedes ser como eres y expresar todos tus pensamientos y sentimientos con absoluta confianza. No tengas miedo de que yo te vaya a dejar de amar. No vas a ser castigado por tu apertura y sinceridad. Para mi amor no hace falta pagar la entrada, ni pagar la renta o mensualidades. Podrá haber días en que las diferencias y las emociones perturbadoras se interpongan entre nosotros. Podrá haber ocasiones en que nos separen distancias kilométricas psicológicas o físicas… Pero yo te he entregado mi palabra de compromiso. Le he dado un curso a mi vida y no voy a retractar la palabra que te he dado.
Así, pues, siéntete libre para ser tú mismo, para contarme tus reacciones positivas y negativas y tus sentimientos cálidos o fríos. Yo no puedo predecir siempre mis reacciones o garantizarte mi fuerza, pero lo único que sé y que quiero que tú sepas es esto: ¡Yo nunca te rechazaré! Estoy comprometido a promover tu crecimiento y felicidad. Yo te voy a amar siempre.
libro: El amor incondicional
Autor: John Powell sj
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