martes, 12 de octubre de 2010

Felicidad.


La felicidad para algunos es acumular riqueza, obtener un buen empleo, que nuestros deseos se cumplan, ganarnos un nombre y fama. Sin embargo, sólo aquellos que están contentos con su vida y se sienten felices con la felicidad de otros realmente han comprendido en qué consiste la verdadera felicidad.

El gozo que uno obtiene de los placeres externos es temporal. Le verdadera felicidad puede disfrutarse por dentro. Cuando nuestros pensamientos son puros, cuando no nos preocupamos por nimiedades, solo entonces, podemos disfrutar de la verdadera felicidad.

“Felicidad” es un estado mental. Uno pudiera estar feliz cuando nuestros parientes o amigos alcanzan un buen nombre o fama. Por otro lado, la misma persona pudiera no sentirse feliz cuando alguien más la obtiene.

La gente grande es aquella que se siente feliz cuando los demás son felices.

Deepthi Ayyappan (2008), India

Creo que el autor de la reflexión de hoy da en el blanco cuando plantea, a manera de conclusión, que la gente grande (importante) es aquella que se siente feliz cuando los demás lo son. Hoy, vemos mucho de lo contrario: una búsqueda incesante de la felicidad propia, aún a costa de la infelicidad y tragedia de los que nos rodean. Así vemos como los que tienen abusan de los que no tienen, los que saben de los que no saben, los que tienen contactos importantes de los que no los tienen. Hagamos un alto y decidamos cambiar. Si queremos ser genuinamente felices, necesitamos ayudar a los demás a serlo también.

A final de cuentas, Dios no nos creó como islas sino para habitar en familia.

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